El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan, juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
En 1993 fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el Día Mundial del Agua con la finalidad de fomentar la conciencia pública respecto a la conservación de los recursos hídricos.